Noche hermosa, pura y concebida.
Mi habitación, santuario y templo
lleno de ese ambiente plástico y poético
Allí tu voz suena;
Pregunta, deshojando el aire.
Y entre susurros rítmicos ofreces,
ese placer intenso de tu sonrisa;
ese vigor cándido de tus brisas cristalinas
que alcanzan de lleno a mi velo hechizado.

Sigo plegado entre tu noche.
Mi corazón amable y huérfano,
saluda a esa solitaria luna que habla
Lejos su voz silba
para señalarme el sentido de tu imagen:
Eres mujer crisálida, desnuda y suave,
entre los lujos casi obscenos de la forma.
Eres mujer flor, ansiosa y devoradora,
entre los deseos de la magia espiritual
Eres mujer claridad llena de bella luz,
entre los vestigios de la estructura interna.

Manifestarme en plenitud y dentro
de mi mundo bellamente enloquecido,
desde el que bajar al hermoso infierno
de los sentimientos más humanos.
Y allí perderse para jugar en valores
de impregnaciones de sueños visitados.
Traspasar la orilla matérica para
refugiarse en el sagrado saliente híbrido,
del confín donde los rumores son tibios
y dejan impulsarte a esa vida de sueño.

Y levantarme entre el deseo del encanto.
Todavía anidado entre hilos plateados
de aquella hermosa luna invitada.
por la lindeza sonriente de sus sonidos
de violines de espejismos reales de amor.
¡Ves suenan!
Y las espumas de vida claman resurgidas
como la más bella ola atravesada por,
el azogue de los azules briosos y atrevidos.