La niebla azul de sus oscuros ojos;
El brillo en reflejo gris de su pelo;
envuelto en mí con libre anhelo,
engrandecido por sus anacaradas formas

Verla apoyada por frágiles columnas…,
mármoles de sentencia prendida.
Entre las formas de flores abiertas
Flotando entre lenguas de sustos.

Abrirse a un abismo oscuro
Yo, llorando, me encontré.
Mi alma decía -¡Búscala!-
Entre los rostros de reflejo fijo.

El aire con soplidos de voz
Proclamaba sus vientos de ocios
Un puñal cortaba su hombro,
entre sangrientos jirones de dolor.

Allí, en el umbral de los pensamientos.
Oscurecido por el iris lloroso.
En mi cerebro vivía la persecución,
de los duendes del exarcebo deseo

Ya todo transfigurado.
Inclinado hacia los márgenes.
Presidido por su niebla
Eran sus oscuros ojos. (luzyabsenta)